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MONSTRUOS

 Autor: Israel Morales Nava

Estos dibujos son un intento lejano para representar una cosa viva, que también es planta, flor y fruto. ¿Cómo hacer eso sin caer en el uso de figuras antropomorfas y “elevar” la valía de lo vegetal? Pues aludiendo a lo monstruoso en lugar de humanizar la figura floral, pues me parece que demasiado humaniso nos arroja a un antropocentrismo brutal… pero en todo ser vivo hay algo de monstruo, algo que vive sólo porque es latido, respiración o fotosíntesis.

De eso se tratan estos dibujitos: un juego de tensiones entre la vida, lo monstruoso y lo mortal de aquella; un montón de garabatos a papel y tinta y retocados digitalmente para ponerles plastas de colores chillones que aparentan ser sobrios. Porque eso es lo que cualquier monstruo hace para pasar desapercibido: peinarse, bañarse, tener un nombre, vivir en una maceta, hacerse reconocible, pero en el fondo, siempre lleva consigo algo que escapa a todo intento de civilización.

 

 

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Israel Morales Nava (¡qué serio!) se llama a sí mismo Luzbel (aquí “LZBL”), o Raxaz, o Kiko, o Misty, entre otros nombres dependiendo de la personalidad que lo domine en el momento. Todas ellas dibujan, narran, ríen, lloran y se enojan. Israel dibuja y hace historietas desde niño, no sabe copiar, por eso todo se lo saca de la manga.

Decidió estudiar psicología para comprender las imágenes que brotaban de su mente y para conocer las imágenes creadas por los corazones de otras personas; ni aun así dejó de dibujar.

En un salto cuántico, siendo más Luzbel que Kiko o Israel, se animó a estudiar un posgrado en ilustración y cómic en Barcelona, eso no impidió que siguiera haciendo cosas extrañas y a veces sin sentido aparente.

Convertido en alguien más raro aún, se aventó una maestría en comunicación, donde ahondó en la creación de cómics y las significaciones que se pueden movilizar en dicho medio. En ese momento se percató de que todo era una inmensa e inaudita broma divina cósmico-caótica que valía la pena experimentar sin tomársela todo el tiempo en serio.

Por ahora vive en la Ciudad de México, aguardando el momento de salir de su cuarta o quinta crisálida. Mientras eso pasa, sus personalidades siguen dibujando, narrando, riendo, comiendo, llorando, amando.

 

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