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Edición #14 de la revista Bimestral

Reptiles, anfibios y vida Submarina

Fotografía Diego Marino

sapos y ranas

Texto Pamela Franco Zubieta
Con fotografias de Diego Marino
 y 
Cynthia Bandurek

ALGUNOS SAPOS SON RANAS

Y ALGUNAS RANAS SON SAPOS

En muy común escuchar emplear el término sapo o rana de manera indistinta e inclusive en latitudes donde una especie es “un sapo” en otras la misma es “una rana”.

¿Pero son realmente lo mismo o existen diferencias entre rana y sapo?

En primera instancia hay que señalar que ambos son anfibios del orden de los “Anuros”, que se refiere a que “no poseen cola”, y es que a pesar de que todos los anfibios pasan por una “metamorfosis” los anuros pierden la cola en su etapa adulta.  

Sin embargo, una rana no es un sapo ni un sapo una rana, ambos poseen características que las diferencian por ejemplo, la mayoría de las ranas poseen un cuerpo más esbelto, ojos grandes y piel más “húmeda y lisa”  en comparación con los sapos que son más toscos, con las piel rugosa y una apariencia más seca.  Pero estas diferencias físicas no alcanzan para distinguirlos pues incluso teniéndolas en cuenta podemos confundirlas. Existen ranas con piel rugosa y sapos esbeltos o con la piel lisa, otra característica que puede diferenciar entre ranas y sapos es que estos últimos poseen unos bultos detrás de los ojos y antes o encima de los tímpanos, se trata de las glándulas paratoides, las cuales contienen diversas toxinas que emplean para defenderse.  

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